Según la OMS alrededor de 360 millones de personas (el 5% de la población mundial) presentan pérdidas de audición que se consideran discapacitantes; cerca de 32 millones son niños. La inmensa mayoría vive en países de ingresos bajos y medianos.
La audición es la vía normal para la adquisición del lenguaje hablado; uno de los más importantes atributos humanos y medio de comunicación en todas las culturas.
El lenguaje es la principal vía de aprendizaje en los niños y desempeña un papel fundamental en el pensamiento, conocimiento y el desarrollo intelectual.
La hipoacusia (sordera) es especialmente dramática en la infancia, ya que el desarrollo intelectual y social del niño está íntimamente unido a las aferencias del Sistema Nervioso Central, lo que nos va a permitir el conocimiento de la palabra y la correcta adquisición del lenguaje.
Al nacer el ser humano ya tiene un sistema periférico auditivo completamente maduro, por lo que la audición puede ser medida de manera cuantitativa y objetiva desde este mismo momento. Sin embargo, es la recopilación de múltiples experiencias y estímulos continuos a través de los sonidos lo que permite organizar un lenguaje estructurado por medio del cual se aprende y se comunica. Este es un proceso que se desarrolla en el denominado “período crítico del desarrollo del lenguaje” que se da principalmente durante los primeros tres años de vida. A partir de esta edad, la capacidad de realizar estos procesos disminuye en forma progresiva siendo mínima después de los 6 años.
Cualquier tipo de alteración auditiva: permanente, temporal, fluctuante, progresiva, gradual, bilateral o unilateral presente durante este periodo crítico, hace que las bases para construir el lenguaje y los aprendizajes se desestabilicen ocurriendo entonces retardos que pueden ser ligeros o muy marcados dependiendo del grado de pérdida auditiva, del momento en que ésta aparezca y de su persistencia a través del tiempo.
La edad promedio a la que actualmente se realizan las detecciones de pérdidas auditivas en la República Dominicana es de 2 a 4 años, bastante tarde si se tiene en cuenta el período crítico de desarrollo del lenguaje descrito anteriormente. Una detección tardía determina así un inicio tardío en los procesos de rehabilitación.
La detección precoz y su tratamiento es de gran importancia para el pronóstico, ya que la maduración completa del sistema auditivo se alcanza en las primeras 40 semanas de vida. La organización neurosensorial de la vía y centros auditivos es inducida por los estímulos acústicos; de no producirse estos se podría provocar una atrofia en la corteza; con lo cual aunque posteriormente estimulemos esa corteza no obtendremos ninguna o muy poca respuesta. Por esto es fundamental el inicio inmediato del tratamiento médico,quirúrgico, rehabilitación mediante prótesis (audífonos) o estimulación directa del nervio auditivo (implante coclear).
Todos los estudios demuestran que las personas con hipoacusia padecen un retraso en el lenguaje, la escuela y tienen peores expectativas laborales y profesionales.
El diagnóstico temprano de la hipoacusia neurosensorial infantil no es tarea fácil. Su importancia reside en que si dicho déficit no es diagnosticado y tratado oportunamente en los primeros años de vida, genera alteraciones en el desarrollo linguístico, intelectual y social del niño.
Dentro de los tratamientos en los pacientes con hipoacusia neurosensorial congénita bilateral de grave a profunda, se encuentra los implantes cocleares que hemos estados realizando desde el 2005 en la ciudad de La Vega, República Dominicana con excelentes resultados.